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viernes, 19 de abril de 2013

CIBERBULLYING (Acoso o ciberacoso), GROOMING Y CIBERSTALKING



Contenidos
  • Qué es el ciberacoso
  • Aumentan un 150% los casos
  • Consejos
  • ¿Es delito el grooming?
  • Fases del grooming
  • Es delito en varias partes del mundo
  • Más propio de chicas
  • Cómo evitarlo
  • El papel de los Colegios
  • Papel del docente con los alumnos
  • Decálogo para víctimas del Ciberbullying
  • De acosador a acosador
  • Crecen el ciberacoso y amenazas por abuso de libertad de expresión
  • La UE y el derecho al olvido
  • Una calumnia en el mundo virtual es imparable
  • El derecho al olvido y Google, centro de debate europeo
  • Ciberstalking: Acoso online
  • Consejos antiacoso
Tags: grooming, ipad, sexting, bullying, acoso escolar, ciberacoso, pornografia infantil, privacidad, ciberbullying, ciberstalking, egosurfing, name googling
(Véa también Legislación vigente y cómo Denunciar)

Ciberacoso

No es novedad que en los años en torno a la adolescencia el acoso escolar encuentra un terreno abonado en los jóvenes inseguros que forjan a trompicones su entrada en el mundo de los adultos. Sin embargo, la explosión de las nuevas tecnologías, el acceso masivo a la telefonía móvil e Internet, y el despegue de las redes sociales ha hecho que lo que comenzó en un pasillo o en el patio del instituto rápidamente cobre vida propia en el ciberespacio, donde la realidad se difunde corregida y aumentada.

"El proceso ahora es rapidísimo", explica Mara Cuadrado, psicóloga especializada en la mediación y tratamiento del acoso escolar. "Alguien tiene un encontronazo con otro u otra y esa misma tarde cuelga algo en Internet, en las redes sociales, y al día siguiente hay un 'bullying' de todos los demás hacia la víctima. Es inmediato". En su experiencia, en la última década esto también ha disparado los casos de acoso psicológico frente a los de abuso físico, que se han mantenido estables.

Comportamientos engañosos de los adultos para seducir a menores en la Web. Acoso escolar entre menores, violencia verbal, física, psicológica, directa o indirecta de un grupo de menores a un compañero. Un menor atormenta, amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro mediante Internet, teléfono móvil, consolas de juegos u otras tecnologías telemáticas.

Un nuevo estudio de la ONG británica Beatbullying ha revelado que del 21% de niños de 8 a 11 años que han sufrido ciberbullying, más de 1/4 (27%) lo padecieron mientras jugaban online. Ha revelado también que un tercio de los padres no monitorizan lo que sus hijos hacen en Internet. El estudio, bajo el título de Violencia Virtual II, se ha elaborado a partir de encuestas a 1.564 niños del Reino Unido
Se ha conseguido llamar la atención sobre este fenómeno para movilizar a la ciudadanía y a las diversas administraciones públicas que, en muchos casos y especialmente en el ámbito escolar, han activado planes y recursos preventivos. Sin descuidar lo anterior, porque la lucha es constante, hay que avanzar un paso más y crear recursos y procedimientos para la intervención… ¿qué hacer cuando se produce un caso?. Porque aunque ya ha recorrido un largo camino para sensibilizar e informar sobre la amenaza del ciberacoso, cada día el porcentaje de casos sigue creciendo.

El problema comienza cuando el progreso tecnológico se conjuga con la falta de noción de peligro de los niños y adolescentes y la ausencia de supervisión de los padres. Según informes sobre el uso de seguridad en la Web a nivel internacional, muchos menores de entre 12 y 18 años contactan con un desconocido en el chat; se encuentran con él después de concertar una cita virtual y otros tantos comparten sus fotos en la Web.

Otros estudios indican que menores de 12 a 16 años aceptan desconocidos en el MSN aunque también se registran casos de 9 y 11 años. Un buen porcentaje de los consultados abren correos con archivos adjuntos enviados por desconocidos y usa la webcam para conocer y que lo conozcan personas nuevas. Es preocupante también que adolescentes de 12 a 18 años admite que publica fotos suyas en poses provocativas.

Paralelamente, casi la mitad de los entrevistados consideró que no era peligroso chatear con gente que no conoce, no ve riesgos en ir a una cita con una persona que se contactó por Internet o mensaje de texto o no percibe peligrosidad al aceptar desconocidos en su MSN.

Sin embargo, muchos de ellos reconocieron haber pasado por una situación desagradable en sus contactos virtuales. Las situaciones incómodas más referidas fueron: la agresión y el hostigamiento virtual, la apertura no deseada de páginas pornográficas o de prostitución y la solicitud de fotos o datos por parte de un desconocido.

Esto suele ocurrir sin que los padres se enteren. El 80% de los chicos navegan por Internet en soledad y que el 90% de los padres no regulan el uso de la Web en sus hijos, no creen en los riesgos que ésta pueda configurar y consideran que sus hijos son "responsables".
Los datos recolectados permiten concluir que no hay demasiados obstáculos para que los acosadores actúen y capten víctimas por Internet. Por el momento, solamente se registran algunas condenas por la materialización del abuso, no por el acoso en sí. O sea, actuamos al final de la cadena. Además de la falta de tipificación penal en algunos países, es difícil la comprobación. Muchas veces los pedófilos actúan desde máquinas públicas, en locutorios o en cibercafés. Se puede llegar a rastrear el PC desde la que se envió material pornográfico, pero es más complicado saber quién lo usó.

Acoso y Ciberacoso
"Mi hijo llegaba a casa triste, llorando, no quería ir al colegio. Cada día se inventaba una excusa: que si me duele un pie, que si una mano, que si la tripa... Teníamos que llevarle prácticamente a rastras". Después, la cosa fue a más. "Un día regresó con el abrigo rajado. Otro, con las gafas pisoteadas. Otras veces llegaba con chichones, arañazos... Incluso le cortaron la coletilla durante un recreo".

Son palabras de Esther. Su hijo, con apenas siete años, sabe bien lo que es el acoso escolar. "Yo le preguntaba si jugaba con los demás niños, y me decía que sí". Así un día tras otro. Hasta que una tarde no pudo más, y se derrumbó. "Mamá, es que los niños me pegan". "Pero tú también les harás algo". "No, yo no hago nada".

Por suerte para él, su madre le creyó. No le espetó aquello de: "Será en broma". No tuvo que 'batallar' contra dos elementos hostiles: sus acosadores y el sentimiento de culpa, tan parecido al de las maltratadas por sus parejas, que lleva a uno a pensar que lo que le sucede es porque lo merece, porque "algo habrá hecho". Porque cuando esas 'bromas' se repiten día tras día, siempre contra la misma persona, y a ésta no le hacen gracia, no son "cosas de niños". Es acoso escolar.

La psicóloga Alicia García de Pablo, de la Fundación Protégeles, lo define de la siguiente manera: "Acoso escolar es cualquier tipo de agresión psicológica o física mantenida en el tiempo y con intención de hacer daño". Aunque no siempre es grupal, una de sus características fundamentales es el desequilibrio de poder: la víctima está sola frente a un grupo agresores y observadores (que suele ser el resto de la clase); estos últimos saben lo que está pasando, pero no hacen o dicen nada por diferentes motivos.

Suele empezar con acciones de "baja intensidad", que van 'in crescendo' conforme pasa el tiempo. El más habitual es el acoso verbal, en forma de insultos, motes, humillaciones, propagación de falsos rumores, mensajes teléfonicos o llamadas... Si no se frena, puede degenerar en otros tipos de acoso, como el social (exclusión y aislamiento de la víctima, por ejemplo, se la deja fuera de las actividades, como un partido de fútbol), el psicológico (basado en amenazas) y el físico, que contempla tanto agresiones directas como indirectas, por ejemplo, producir daño en objetos personales de la víctima.

A sus siete años, el hijo de Esther ha sufrido todos los tipos. "Le llamaban gafotas, gordo, cara de culo, bebé", relata su madre. En el patio, acababa solo en un rincón, "llorando como una magdalena, porque nadie le hacía caso". Eso cuando no le lanzaban una peonza a la cabeza, le cortaban el pelo o le sacaban las fichas de la mochila para que no pudiera hacer los deberes, y luego, "casualmente, las encontraban los cuatro acosadores".

Lo que ha crecido notablemente es el acoso escolar a través de Internet, ciberacoso o ciberbullying, porque "ha aumentado el número de usuarios y ha descendido la edad de inicio del uso de las tecnologías". Este tipo de acoso tiene unas características que lo hacen especialmente preocupante. Por un lado, la participacion de terceros, a veces sin conocer a la víctima, que hace que se multiplique el número de acosadores. Por otro, puede perdurar en el tiempo, de modo que, incluso cuando ha terminado problema en el centro escolar, el acoso puede continuar en Internet.

Y sucede que no da 'tregua' al acosado. Hasta ahora, la víctima sufría el acoso en el colegio, pero fuera de horario escolar estaba tranquilo.

El 'ciberbullying' le priva también de eso: el acoso continúa en su tiempo de ocio, a través del e-mail, de las redes sociales...

Pero Internet también aporta 'ventajas' a las víctimas. Por una parte, aumenta el número de espectadores que le apoyan. También le proporciona herramientas (foros...) para solicitar ayuda. Además, aporta una ventaja desde el punto de vista jurídico: queda constancia del acoso, que en muchos casos puede denunciarse por ser delitos tipificados (amenazas, injurias, suplantación de identidad...).

Secuelas
Buena prueba de que el acoso escolar no es 'cosa de niños" son las secuelas que deja en las víctimas. Muchas de ellas lo sufren en la adolescencia, una etapa especialmente compleja, en la que se está formando la personalidad, y puede traumatizarles de por vida.

Las más comunes son las depresiones, la ansiedad y la fobia social. Muchas víctimas de acoso presentan dificultades a la hora de establecer relaciones sociales por miedo a sus iguales. Es lo que le sucede a Álvaro. Un grupo de repetidores le hizo la vida imposible en 2º de la ESO.

Las bromas hirientes pronto se convirtieron en insultos e incluso agresiones en el aula. A sus 21 años, reconoce que no lo ha superado. "Me cuesta relacionarme con la gente, estoy tenso, desconfío, no sé cómo entrar en los grupos".

Aterrorizada por desconocidos
Eso, exactamente, le sucedió el año pasado a Marta (nombre ficticio). Tenía 13 años y, cuenta su madre, "siempre sacaba muy buenas notas y le gustaba mucho el colegio". Todo empezó con una niña que la insultaba: "La llamaba hija de puta, marginada..." relata todavía angustiada su progenitora. Pero, de pronto, el asunto escaló: "Yo notaba que me excluía la gente y al ir por los pasillos me insultaba, gente mayor y más pequeña que yo no conocía de nada", dice la cría, con voz tenue al otro lado del hilo telefónico. Por fin descubrieron lo que pasaba. Alguien había subido una foto suya a una popular red social a la que se accede por invitación y Marta se había convertido en objeto de chanza general. A ello se sumaron empujones por las escaleras y un acorralamiento en el patio. Hasta que la niña se partió en mil pedazos.

Se le empezó a caer el pelo, y el tratamiento psicológico se convirtió en psiquiátrico. Llegaron las autolesiones, las voces que le hablaban sólo a ella y un terror desmesurado. "Me dan miedo los niños", confiesa esta alumna ejemplar enamorada de los animales. La intervención del centro no hizo sino empeorar la situación, y acabaron por sugerir que el problema era en realidad de la propia niña. Un argumentario habitual en el sector educativo para zanjar el problema, afirma el psicólogo especializado en acoso Iñaki Piñuel.

Ha pasado un año y, aunque la han cambiado de centro, acudir al instituto le desata ataques de pánico. Estrés postraumático. De momento, capea el temporal en casa con los profesores del Servicio de apoyo educativo domiciliario de la Comunidad de Madrid.

"El fenómeno conflictivo que más crece en Internet es el ciberbullying", explica Guillermo Cánovas, director del Centro de Seguridad en Internet para España del programa de la Comisión Europea y presidente de la organización de protección del menor Protégeles.

"El acoso psicológico ha existido siempre pero el ciberbullying es mucho más dramático", advierte Cánovas, que enumera características clave que lo hacen "mucho más dañino y especialmente doloroso". Por un lado, la publicidad: "Es una situación que no se da sólo en el patio del colegio o a la salida de clase, se da en Internet y es público. Lo pueden ver tus amigos, tus padres, tus profesores, mucha otra gente, y es una humillación pública", precisa el experto. No sólo eso, además permite la participación de terceros, que añaden comentarios, burlas, refuerzan lo que otros están diciendo, "de forma que el menor resulta acosado por personas que no conoce ni le conocen".

"La violencia psicológica, como la física, produce nuevos adeptos. La gente se agrega porque ser miembro de la masa linchadora es una forma de integrarse socialmente", explica Piñuel. "Es como una bola de nieve, va a más y no lo puedes parar". Por eso es fundamental atajar el problema a tiempo, dice este experto, autor de un estudio que apunta que un 23% de los niños y adolescentes españoles sufre en silencio conductas de maltrato recurrente en las aulas. Según Piñuel, el sector educativo "minimiza" la realidad del acoso, limitándolo a los casos más extremos. Jesús María Sánchez, presidente de Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos), cree que "el hecho existe, pero no debe de magnificarse como algo que se está viviendo continuamente". Mientras, la defensora del profesor, Inmaculada Suárez, destaca la dificultad en ocasiones de detectar el abuso, y la delicada posición del docente, que debe interpretar si se trata de un enfrentamiento puntual o un caso reiterado de maltrato.

Las armas: del SMS al 'post'
A veces el abuso se produce enviando mensajes amenazadores de móvil, otras, colgando en el perfil virtual de la víctima comentarios humillantes, en ocasiones, como el caso de Marta, el acosado ni siquiera está en la red social, pero usan su imagen para burlarse de él. Y un último tipo, cada vez más frecuente, añade Cánovas, es la usurpación de identidad: "Para causarle un perjuicio crean un perfil falso con el nombre de este menor y lo usan para generarle un conflicto con terceros y que estos, a su vez, le generen un problema en consecuencia".
Parte del problema deriva la gran exposición de los niños y adolescentes al móvil e Internet. Gran parte de sus relaciones sociales se desarrollan ahora en este universo virtual y paralelo, ventana constante de exhibición. Y conviene saber dónde poner los límites para evitar males posteriores.

Mara Cuadrado relata, por ejemplo, casos de chantaje en los que una adolescente ha enviado a algún 'ligue' fotos subidas de tono y, al romper con él, éste la amenaza con hacerlas públicas. O los riesgos de la cada vez más común práctica entre los jóvenes de hacerse fotos con ropa provocativa en los probadores de centros comerciales para colgarlas en la web, que en ocasiones van in crescendo y puede dar lugar a imágenes que muestren más de lo que el afectado hubiera a posteriori deseado.

Los episodios de ciberacoso, además, pueden prolongarse en el tiempo, porque depende de dónde estén colgados los contenidos puede ser difícil retirarlos y puede que la situación de acoso "haya terminado en el colegio pero toda la información y burlas siga en Internet, aun habiéndose resuelto el conflicto".

Pero, peor si cabe que todo eso, es el hecho de que no se restringe a los muros del colegio o del instituto. "No descansas", dice Cánovas, el ciberacoso persigue a la víctima hasta el ordenador personal de su dormitorio o viaja con él en el móvil que lleva en el bolsillo.
La única 'ventaja' del ciberacoso es que deja rastro. "En el ciberbullying es preciso recopilar siempre esa evidencia electrónica. Haz un pantallazo, imprímelo, contacta con la red social para que guarden esa información", explica Ana Fernández, coordinadora del departamento jurídico del Centro de Internet segura Protégeles. Piñuel concurre, y destaca que a menudo cuando el acosador sabe que está siendo monitorizado cesa su agresión, por lo que su equipo trabaja con una empresa especializada que registra los contenidos ofensivos, lo comunica automáticamente a la Policía y certifica que no han sido manipulados por el usuario para que sirvan como prueba legal si éste decide interponer algún tipo de denuncia.

Aumentan un 150% los casos
Entre 2008 y 2012 se denunciaron en España 1.705 casos de 'ciberbullying'. "En realidad son muchos más, sigue siendo un fenómeno oculto". El fenómeno va en aumento: ha crecido un 150% en los últimos cinco años, y continúa en ascenso, en paralelo a la popularización de 'smartphones' y tabletas, y al descenso de la edad de inicio en el uso de estos dispositivos.

"Mientras que antes tenían que esperar a llegar a casa para poder conectarse, ahora pueden hacerlo desde sus tabletas o sus teléfonos inteligentes en cualquier momento del día". Además, "hay menores que no serían capaces de acosar presencialmente, pero sí en internet", refugiados en el anonimato. "Las herramientas en sí mismas no generan agresividad o violencia, pero dan lugar a que algunos se atrevan a cosas a las que no se atreverían físicamente".

Este tipo de acoso tiene unas características que lo hacen especialmente preocupante. Por un lado, la participación de terceros, a veces sin conocer a la víctima, que hace que se multiplique el número de acosadores. Por otro, puede perdurar en el tiempo, de modo que, incluso cuando ha terminado el problema en el centro escolar, el acoso puede continuar en Internet. Puede ser un grupo de Facebook titulado "Odio a Carlos", un falso perfil de la víctima, propagación de rumores o fotos con comentarios humillantes...

Y no da 'tregua' al acosado. Hasta ahora, la víctima sufría el acoso en el colegio, pero fuera de horario escolar estaba tranquilo. El 'ciberbullying' le priva también de eso. "Los menores acceden ahora a las redes sociales, a sus correos o a otros contenidos de forma constante a lo largo de todo el día. La consecuencia para los menores acosados es que no pueden descansar, no pueden desconectarse de la situación de acoso, y se sienten amenazados o perseguidos estén donde estén. Pueden recibir mensajes en el autobús, en su dormitorio, en vacaciones... la situación de acoso les acompaña allá donde vayan", explica Ana Oliaga, psicóloga de Protégeles.
CONSEJOS
No temer. Los padres no expertos en informática no deben temer; es su sentido común y su experiencia al momento de interactuar con otros lo que ayudará a sus hijos.
Adiós a los virus. Actualizar el sistema operativo, tener un firewall, un antivirus y un antispyware activos para prevenir cualquier infección que podría llegar por una acción inocente de los chicos, sea por una trampa de phishing en un sitio fraudulento o un virus que llega por un archivo compartido por el e-mail o el mensajero instantáneo.
Apto para mayores. Es posible configurar los buscadores web para que sólo ofrezcan resultados aptos para mayores. Muchos fabricantes internacionales de software ya tienen configurados paneles de control para el acceso de contenidos de los menores o programas específicos en su Web para ello. Es conveniente consultarlos e instruirse en su uso.
Acceso limitado. Otra alternativa es limitar los sitios que los chicos pueden visitar, creando listas blancas de páginas que sus padres aprueban. Existen listados de Webs específicas con contenidos para menores así como Redes infantiles a prueba de intrusos. Las normas de estas páginas son muy estrictas para evitar cualquier maniobra de grooming, es decir, el acoso para conseguir datos o imágenes de menores.
¿Es un delito el grooming?
La Convención sobre la Protección de los Niños contra la Explotación Sexual y el Abuso Sexual de 2007 fue el primer documento internacional en señalar como delitos penales las distintas formas de abuso sexual de menores, incluyendo el grooming y el turismo sexual.
En algunas legislaciones ya en marcha en algunos países se considera el grooming como un delito preparatorio para otro de carácter sexual más grave. Por establecer una analogía, sería como el delito de conspiración para cometer atentados terroristas.
•  En Alemania se pena con privación de libertad de 3 meses a 5 años al que ejerza influencia sobre el menor por medio de la exhibición de ilustraciones o representaciones pornográficas o por dispositivos sonoros de contenido pornográfico o por conversaciones en el mismo sentido.
•  Australia también pena con 15 años de prisión el uso de Internet para buscar actividades sexuales con personas menores de 16 años de edad.
•  En Escocia penan con hasta 10 años de cárcel la reunión con un menor de 16 años después de algunos contactos preliminares a través del chat.
•  En Estados Unidos se prohibe trasmitir datos personales de menores de 16 años con el fin de cometer delitos de carácter sexual. En Florida aprobaron en 2007 la Ley de Cibercrímenes contra Menores , que sanciona a quienes contacten con menores por Internet y luego se encuentren con ellos con el fin de abusar sexualmente.
En España está en marcha una reforma del Código Penal que donde la pederastia y la pornografía infantil verán agravadas las penas (que serán, en todo caso, de prisión). También tipificará como delito la captación de menores con fines sexuales a través de Internet así como considerar agresión sexual (aunque no haya violencia ni intimidación) aquellos actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual , cuando la víctima sea menor de edad.

(Ver también cómo denunciar en Legislación)
Qué fases sigue habitualmente el grooming Las 4 etapas típicas son:
Constuir lazos de amistad con un/a menor fingiendo ser otro niño o niña.
Obtener información y datos personales del/a menor.
Mediante diferentes tácticas, adaptadas a la personalidad de la víctima (seducción, provocación, comparación con otros menores o mostrando imágenes de contenido progresivamente más pornográfico) conseguir que el/la menor frente a la webcam del pc se desvista, se haga tocaciones, se masturbe o realice otro tipo de expresiones de connotación sexual. En ocasiones hay una fase previa en la que se obtienen fotos comprometidas con las que realiza el chantaje para obtener más fotos o trasmisión de tocamientos en directo .

Si no se ha iniciado el chantaje en la fase anterior, en esta se inicia el ciberacoso, extorsionando a la víctima, con el objeto de obtener más material pornográfico o bien de lograr el encuentro físico con el/la menor para abusar sexualmente de él/ella.

¿El grooming siempre lleva al abuso físico? No necesariamente. Aunque muchas veces es la fase previa con la que un abusador sexual prepara el terreno y engatusa a su víctima, otras veces se limita a ser una fuente de material pornográfico o erótico con el que satisfacer las propias pulsiones masturbatorias del groomer .

¿Cuánto tiempo dura el proceso de grooming? Existen diversas duraciones del proceso en sus sucesivas etapas, y será más rápido o más lento dependiendo de diversas circunstancias (personalidad del acosador, del/a menor, frecuencia de la conexión, circunstancias que puedan mantener a uno de los 2 desconectado durante un tiempo...).

Lo habitual es que el proceso lleve entre unas pocas semanas y varios meses, durante los cuales el groomer se va ganando la confianza del menor antes de comenzar a introducirse en la temática sexual de una manera más evidente. Cuanto más dure el proceso normalmente el peligro es mayor ya que el/la menor habrá bajado ya en buena medida sus defensa y lo considerará un amigo (o amiga) más. 

Por eso es importante educarlos para que nunca confíen en los amigosque sólo conocen a través de Internet, por más tiempo que lleven en contacto con ellos, y que nunca deben proporcionarles datos personales que permitan su localización física ni confiarles secretos comprometidos que los expongan a un posterior chantaje

Es delito en varias partes del mundo
El grooming se castiga con fuertes penas en Alemania, Estados Unidos, Escocia y Australia, entre otros.
Los riesgos de que la Web pueda utilizarse como una herramienta de acoso y eventual abuso sexual de menores es un tema de preocupación a escala mundial.

Incluso, en algunos países de tradición liberal, ya existe legislación al respecto, porque el grooming (ciberacoso) es advertido como una amenaza muy grande.

Las amplias posibilidades de la Red, de todos modos, no hacen sencillo el hecho de poder regular el acceso a ciertos contenidos sin coartar las libertades individuales de los usuarios. Desde ese punto parten la mayoría de las normas aplicadas y las que están en discusión parlamentaria.

En Alemania se sanciona al que ejerce influencia sobre el menor por medio de la exhibición de ilustraciones o representaciones pornográficas, por dispositivos sonoros de contenido pornográfico o por conversaciones en el mismo sentido, con una pena privativa de libertad de tres meses a cinco años.

La legislación australiana también sanciona el uso de servicios de transmisión de comunicaciones por medios electromagnéticos para procurar que una persona se involucre, tiente, aliente, induzca o reclute en actividades sexuales a personas menores de 16 años con una pena de hasta 15 años de prisión.

En Escocia se contemplan normas sobre grooming , pero apuntan a lo que denominan "reunión con un menor de 16 años después de algunos contactos preliminares" a través del chat y contempla un tope de castigo de 10 años de cárcel.
En Estados Unidos las legislaciones dependen de cada estado. En el nivel nacional se prohíbe transmitir datos personales de un menor de 16 años con el fin de cometer un delito de carácter sexual.

En el estado de Florida, en 2007, se aprobó la ley de cibercrímenes contra menores, por la cual se sanciona a quienes se contacten con menores por Internet y luego sostengan encuentros con el fin de abusar sexualmente de ellos. La ley obliga a los delincuentes sexuales a registrar ante la policía sus direcciones de correo electrónico y los nombres que utilizan en los servicios de chat o redes sociales.
En América latina, Chile es el país más avanzado en legislación sobre el tema.

Según las definiciones de las legislaciones extranjeras, el grooming es un hecho preparatorio de un delito de carácter sexual más grave.

El 'ciberacoso', más propio de chicas
Hasta un 13% de los adolescentes admite haber sufrido acoso en la Red, según un estudio realizado por universidades europeas y el Centro de Seguridad en Internet entre 2.000 adolescentes de 14 a 17 años de toda España. Y, curiosamente, el fenómeno presenta diferencias en función del sexo: ya sea como víctimas o verdugos, es más frecuente entre las chicas.

"Las chicas son mucho más usuarias de las redes sociales y de las herramientas de comunicación en Internet, que es precisamente donde con más frecuencia se presenta el ciberacoso. Las utilizan durante más horas y tienen perfiles con más amigos. Los varones suelen dedicar más tiempo a los juegos", explica Guillermo Cánovas, director de la ONG Protégeles, dependiente del Programa de Seguridad de la Comisión Europea.

Según sus datos, los varones están menos dispuestos a invertir tiempo en planear una "estrategia de acoso", mientras que las niñas "son mucho más metódicas y si, por ejemplo, tienen un problema en clase, discuten con amigas cómo afrontarlo" y planean la estrategia a seguir. Los chicos "son más viscerales" y, ante un conflicto, es más probable el enfrentamiento verbal "o incluso que lleguen a las manos en el patio, y queda ahí.

Las chicas tienden a 'dosificar' y "es más propio de ellas crear un perfil falso en Internet y enviar mensajes y amenazas".

El estudio revela, además, que al 90% de las víctimas femeninas el acoso les afecta de forma muy especial en sus vidas, frente al 75% de los varones.

CÓMO EVITARLO
Nadie está libre de ser objeto de una campaña de ciberbullying. Puedes ponérselo difícil si mantienes en privado tu información personal (fotos, datos personales, escolares o familiares, números de teléfono, nombres de usuario…) y, sobre todo, si no pueden averiguar tus claves. Ten cuidado porque puede ser alguien a quien conozcas o que intente fingir que es alguien en quien confías.
No respondas un ataque de un ciberabusador: bloquéalo y sácalo de tu lista, y de paso a todos aquellos a quienes no conozcas de verdad o no confíes en ellos. Avisa a un adulto de confianza: un profesor, asesor, tus padres u otro miembro de tu familia, pero procura que no empeore la situación.
Búscate en Google y comprueba que no haya información tuya, comentarios críticos publicados en un mal día o datos personales.
Sobre todo, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Ponte en el lugar del otro.

El papel de los colegios
Se percibe un cambio en la percepción del acoso por parte de los centros escolares. Hasta un 7% de las llamadas que recibe la línea de atencion de Protégeles procede de colegios. "Muchos colegios no saben aún hoy que tienen la obligación de intervenir en los conflictos que se produzcan entre sus alumnos, aunque éstos sucedan fuera de las instalaciones escolares.

En el caso del ciberacoso se trata de una obligatoriedad muy clara, ya que además estas situaciones suelen estar directamente relacionadas con otros hechos que se producen también dentro del recinto".

Por este motivo, la Comisión Europea ha puesto en marcha la campaña Superkids online, que arranca este martes en España, Dinamarca, Italia y Polonia. Dirigida a profesores y alumnos de entre 10 y 12 años, ofrece una página web con vídeos, documentos y 'tests' para abordar el problema desde los centros escolares.

PAPEL DEL DOCENTE CON LOS ALUMNOS
Dialogar con los niños, niñas y adolescentes sobre cómo usan Internet, qué les interesa, sus experiencias, darles nuestros puntos de vista, debatirlos con ellos.

Utilizar los sistemas de protección disponibles para evitar el acceso a sitios no aprobados a menores de edad.

Familiarizarse con las nuevas tecnologías y los programas de comunicación que los chicos utilizan. Prevenir a los menores de edad acerca de la veracidad de los contenidos de Internet.

Alertar a los niños, niñas y adolescentes que las personas pueden cambiar su identidad cuando se comunican a través de la red.

Enseñar al menor de edad a que no revele información personal a través del “usuario” que utiliza para comunicarse.

Concienciar a los niños, niñas y adolescentes que cuando “chatean” con personas que no conocen (aunque sean supuestos “amigos de sus amigos”) no deben dar, ni pedir, datos personales (dirección, teléfono, apellido, nombre de su escuela, horarios) o cualquier información que puedan identificarlos. Informar sobre los riesgos que pueden derivarse de chatear con desconocidos y de hacer citas reales con extraños.

Alertar a los alumnos sobre los riesgos de enviar fotografías desnudos o con poca ropa, pues se puede hacer un uso indeseado de la imagen de los niños/niñas y adolescentes.

Prevenir de la información que publican en comunidades o redes sociales.
Advertir de los riesgos legales del uso de archivos de música, películas o imágenes de pago que han sido pirateados.

DECÁLOGO PARA UNA VÍCTIMA DE CIBERBULLYING:

1) Pide ayuda. Si eres menor recurre a tu padre o tu madre o, en su defecto, a una persona adulta de confianza. Asegúrate de que esa persona conoce y entiende estas pautas para que ambos podáis remar en el mismo sentido y para que, en su ánimo de protección, no haga cosas que acaben siendo perjudiciales.
2) Nunca respondas a las provocaciones. Hacerlo no te ayuda en nada y, sin embargo, es un estímulo y una ventaja para quienes te acosan. Mantén la calma y no actúes de forma exagerada o impulsiva en ningún caso.
3) No hagas presunciones. Puede que ni las circunstancias ni las personas que parecen implicadas sean como aparentan. Mantén un margen para la duda razonable porque actuar sobre bases equivocadas puede agravar los problemas y crear otros nuevos.
4) Trata de evitar aquellos lugares en los que eres asediado en la medida de lo posible hasta que la situación se vaya clarificando. Si se trata de redes sociales o comunidades online no te será difícil. Si el acoso llega por el teléfono móvil, no descartes cambiar de número.
5) Cuanto más se sepa de ti, más vulnerable eres y más variado e intenso es el daño que pueden causarte. ¿Imaginas una mentira ridiculizándote construida sobre datos privados reales escrita en tu muro?¿qué pasaría si alguien, haciéndose pasar por ti, insulta a tus amistades?. Es momento, por lo tanto, de cerrar las puertas de tu vida online a personas que no son de plena confianza. Para ello:
a) Evita intrusos. Para ello debes realizar, en orden, estos pasos:
a.1) Realiza un chequeo a fondo de tu equipo para asegurarte de que no tienes software malicioso (troyanos, spyware…) que puede dar ventajas a quien te acosa. Es importante. Dispones de herramientas gratuitas para ello en la dirección www.osi.es .
a.2) Cambia las claves de acceso a los servicios online que usas, pero nunca antes de haber realizado el paso anterior. Recuerda que deben ser complejas de adivinar y llevar combinados números y letras.
b) Depura la lista de contactos. Revisa y reduce la lista de contactos que tienes agregados en las redes sociales (o en otros entornos sociales online).
c) Reconfigura las opciones de privacidad de las redes sociales o similares en las que participes y hazlas más estrictas. Asegúrate de que sabes bien cómo funcionan estas opciones y sus implicaciones.
d) Comprueba qué cuentan de ti online. Busca la información sobre ti publicada otras personas y trata de eliminarla si crees que puede ser utilizada para hacerte daño.
e) Repasa la información que publicas y quién puede acceder a ella y poner, a su vez, al alcance de terceras personas.
f) Comunica a tus contactos que no deseas que hagan circular informaciones o fotografías tuyas en entornos colectivos.
g) Ejerce tu derecho sobre la protección de datos personales. Tú decides el uso que se puede hacer de ellos, incluyendo tu fotografía.
6) Guarda las pruebas del acoso durante todo el tiempo, sea cual fuere la forma en que éste se manifieste, porque pueden serte de gran ayuda. Trata también de conocer o asegurar la identidad de los autores pero, en todo caso, sin lesionar los derechos de ninguna persona.
7) Comunica a quienes te acosan que lo que están haciendo te molesta y pídeles, sin agresividad ni amenazas, que dejen de hacerlo. Recuerda que no debes presuponer hechos o personas en tu comunicación, por lo que debes medir muy bien cómo lo haces, sin señalar a nadie en público, pero a la vez tratando de asegurarte de que se entera la persona o personas implicadas.
8) Trata de hacerles saber que lo que están haciendo es perseguible por la Ley en el caso de que el acoso persista. Les puedes sugerir que visiten páginas como www.e-legales.net o www.ciberbullying.net para que lo comprueben por sí mismos.
9) Deja constancia de que estás en disposición de presentar una denuncia, si a pesar del paso anterior continúa el acecho. Manifiesta que cuentas con pruebas suficientes recopiladas desde el inicio y que sabes cómo y dónde presentarlas. Debes indicar que, si el acecho persiste, te verás obligado a acudir a la policía.
10) Toma medidas legales si la situación de acoso, llegado este punto, no ha cesado.

De acosado a acosador
El estudio auspiciado por la Comisión Europea ofrece otro dato sorprendente: el 47,8% de los adolescentes europeos que ha sido víctima de acoso se ha convertido posteriormente en acosador. El 70% que ha sometido a alguien a 'ciberacoso' reconoce acosar a otras personas. El 18,3% reconoce hacerlo semanalmente.

La autoestima es una constante en los acosadores. Una autoestima a la que ellos llaman "respeto" y que en realidad responde más a autoritarismo. "Se basa en utilizar el rechazo y el ataque público hacia otros para intentar reafirmarse, controlando o machacando a otros menores". "Nos sorprende y preocupa la cantidad de menores que, habiendo sido víctimas de 'ciberacoso', después son capaces de reproducirlo sobre otros compañeros y someterles a la misma tortura".

Además, la mayor parte de los acosadores dice no ser consciente del daño que infligen, que califican de "broma". Hasta que no ven los efectos que provocan en las víctimas, no se percatan.

Crecen el ciberacoso y las amenazas en Internet por abusar de la libertad de expresión
- La Policía Nacional detuvo a 750 personas sólo en 2012 por injurias
- El avance de la tecnología móvil y la publicidad excesiva han favorecido el aumento de injurias
- Los expertos relacionan su origen con comentarios malinterpretados

La Unión Europea defiende que se cumpla el derecho al olvido en los principales buscadores
“Nunca podré recuperar esa foto. Está ahí para siempre”. Con estas palabras se lamentaba Amanda Todd del destino que recibió la fotografía de su cuerpo desnudo, robada por un ciberacosador. La joven estadounidense se precipitó durante tres años en una caída de bulliying, palizas, depresión y problemas con el alcohol. Hasta que se fue tal y como vino al mundo: gritando, llorando. Pero su grito fue silencioso, escrito en cartulinas, quizás por miedo a que ignorasen una vez más su voz, y en sus lágrimas se escapaba la vida, que acabó quitándose en octubre pasado.

El mundo conoció su historia a finales de 2012. En ese año, sólo en España, la Policía Nacional detuvo a 750 personas por injurias, amenazas y delitos en Internet. Una cantidad que triplica la cifra de denuncias registradas en años anteriores, según la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), y que sigue aumentando gracias a las facilidades que ofrecen los teléfonos móviles smartphones.

Urko Fernández, director de Proyecto en Pantallas Amigas, una iniciativa que tiene como misión la promoción del uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías, achaca el crecimiento de injurias a la popularización de las herramientas internautas para extender rumores. "La gente no se da cuenta de que, a veces, está incumpliendo la ley sólo por emplear Internet y abusa de la libertad de expresión".

Una calumnia en el mundo virtual es imparable
De los 76 nuevos casos abiertos que afectan a adultos, se han producido 65 detenciones. Por otra parte, los 103 expedientes abiertos sobre menores se han saldado con 262 detenidos. Pese a tan elevada cifra, no es posible diseñar un perfil estándar del internauta injurioso o ciberacosador, ya que puede ser cualquiera.

Así lo afirma Urko Fernández: "Al contrario de lo que ocurriría en un entorno físico, que ofrece un perfil más definible, cualquiera puede llegar a ser un ciberacosador. Todo por culpa de pequeños detalles que pueden causar mucho daño y que se han hecho muchas veces sin mala intención. Hay muchísimos casos de gente que no ha querido agobiar ni difamar, pero lo ha conseguido porque no ha podido medir el impacto de ese gesto, que puede ser un comentario, un chisme, un rumor o incluso un 'me gusta'. Es difícil imaginarse la consecuencia que tiene un simple gesto digital en el entorno físico".

Por otra parte, las últimas Memorias de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) recogen que las solicitudes de cancelación de datos o de oposición al tratamiento de los mismos por los buscadores de Internet se han incrementado alarmantemente en los últimos años.
Pantallas Amigas se encuentra cada día con cientos de expresiones de pánico reflejadas en los correos electrónicos solicitando ayuda que recibe. "Las personas piensan que porque están escudados ante una pantalla no están haciendo el mismo daño.

Se está cometiendo más porque nos dejamos llevar por esta atracción. Con Internet estás haciendo que el problema sea más grave. Una cosa es una calumnia, una injuria dicha cara a cara, y otra cosa es publicarlo en una web, donde se le da una difusión pública. Además de que es un agravante y el delito conlleva un castigo mayor, estás haciendo que perdure. Conociendo la viralidad de la Red, el daño puede ser mil veces mayor".

Con el fin de reducir este impacto, la Policía Nacional está fomentando en Twitter una campaña internacional con otros colegas del mundo que cuentan con más seguidores en el ciberespacio –el FBI estadounidense, la Policía colombiana y la chilena- para combatir el ciberacoso desde su principal trinchera. Desde esta plataforma se emiten mensajes de concienciación sobre el acoso, el respeto en Internet y un uso seguro y diligente de las redes sociales.

Las redes sociales se han convertido, poco a poco, en un espejo público de la vida privada de los usuarios. Por eso, cada vez que sale de fiesta con sus amigos, Julio Olmo les pide que no le etiqueten en ninguna foto cuando las suban al Facebook. Tiene 25 años, acaba de licenciarse en Economía y su mayor miedo no es que sus amigos utilicen las imágenes febriles del sábado noche para burlarse o difundirlas, pues confía en ellos. Lo que teme es que si una empresa le llama para una entrevista de trabajo, investigue antes sus redes sociales, y encuentre alguna fotografía comprometida o demasiado informal que le descalifique como candidato.

Eso, como explican desde Pantallas Amigas, es delictivo. "En algunos países lo han vetado, porque no se puede invadir la intimidad de las personas. Pero es inevitable que una persona que quiere contratar a otra investigue todo lo posible.

Si nosotros hemos puesto en nuestro Facebook esa información de forma pública, la culpa es nuestra en realidad, al estar compartiendo cosas que no deberíamos haber compartido y que nos están perjudicando. Hemos de enseñar a cuidar esa imagen digital o dejar un rastro que sea menor. Internet te puede pasar esta factura en el futuro. Puede que dentro de unos años nos demos cuenta de que esa huella es imborrable. Por eso es importante tener cuidado con lo que nuestros amigos y familiares publican de nosotros”.

La intimidad personal y familiar son un derecho fundamental amparado en el texto constitucional y otros códigos legales que exigen responsabilidad civil y penal a quienes lo trasgreden. Una línea que a menudo choca con la libertad de expresión y el derecho a la información, enredándose con ellas hasta el punto de no distinguir dónde empieza una y termina la otra.

Pablo Pérez, gerente del Instituto Nacional de Tecnologías de la Información (INTECO), se encuentra con este conflicto a diario: "La divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten a su reputación y buen nombre, así como la captación, reproducción o publicación de fotografías o películas de una persona en lugares o momentos de su vida privada (incluso aunque se trate de un persona pública) difícilmente estaría amparadas por el derecho de información, ya que afectarían gravemente al derecho al honor y la intimidad. Además, no cumplirían con el criterio de relevancia pública".

No se puede impedir a nadie que se exprese e informe libremente, pero el contenido ha de ampararse en la veracidad de la misma y la relevancia pública de los hechos que transmite.

"Estos elementos son claves en la diferenciación de la participación en la web 2.0 con la prensa tradicional, dado que la posibilidad de encontrar referencias hacia personas de un entorno cercano sobre los que se comenta y opina no siempre se van a encontrar amparados por la libertad de información", asegura Pérez.

El derecho al olvido y Google, centro de debate europeo
Mónica busca desde hace meses el amor en Meetic. Ya ha quedado con varios hombres con los que ha chateado, y admite que siempre, antes de acudir a una cita a ciegas, introduce el nombre de él en Google para investigar un poco. "Es una forma de prevenir: así lo conozco un poco más fuera del chat. Es cierto que a veces no encuentras gran cosa, pero es mejor ahorrarse sorpresas desagradables", admite.

Google es una fuente de información interminable sobre las personas, tanto positiva como negativa. Muchos usuarios se ponen en contacto cada día con entidades especializadas en borrar la información que daña su imagen en la Red, como la web Salir de Internet. Sin embargo, ¿hasta qué punto es buena esta amnesia? Con ella se condena al resto de usuarios a una parcela de desconocimiento.

La opinión pública enfrenta a quienes defienden un derecho al olvido para borrar de Internet determinada información personal y quienes argumentan que todo lo que existe ahí pertenece a una especie de historia. Y como hechos históricos no pueden ser borrados ni desaparecer.

"Hay supuestos en los que no procedería eliminar datos personales en Internet, ya que pueden estar amparados en una ley o estar justificadas por el derecho a la libertad de expresión", explica Pablo Pérez. "Para exigir la eliminación de datos es necesario invocar la producción de la lesión en un derecho propio.

Las autoridades de la Unión Europea y la AEDP defienden que la futura regulación europea del derecho fundamental a la protección de datos contenga una formulación expresa del derecho al olvido, y así parece que va a ser recogido por el nuevo Reglamento de la Comisión Europea. En él se establece de una forma clara el derecho del interesado al olvido y de supresión respecto a sus datos personales".

"Si has cumplido ya tu castigo, el Estado no puede seguir anunciando que tú tienes esa condena impuesta, luego sí que deberías desaparecer del BOE", señala Urko Fernández. "La visita que hizo Google a Bruselas fue para aclarar este debate. La legislación española tiene recogido el derecho al olvido, pero los medios de comunicación también defienden el derecho a la información.

No está muy claro todavía hasta qué punto debe borrarse esa huella. Si no ha sido noticia, la tendencia europea va a ser esa: que sí pueda eliminarse, porque al final es parte de tu vida privada y tienes derecho a que desaparezca. Te está perjudicando: no puedes retomar tu vida porque siempre tienes ese lastre y lo van a utilizar en tu contra".

El representante de Pantallas Amigas aclara también que el mejor método es introducir contenido positivo sobre la víctima y posicionarlo en los lugares preferentes de SEM y SEO para desplazar los mensajes negativos a las últimas páginas del buscador. Sin embargo, esto no asegura que el contenido nocivo no resurja con el tiempo. “Es complicado que desaparezca algo borrado, porque Internet es una perfecta máquina de copiar.

Cuando se sube algo que interesa a Facebook o a Twitter, es posible que terceras partes hayan hecho alguna copia y lo distribuyan o guarden en distintos equipos. Aunque se borre, si es algo que tiene valor tanto para dañar o no, es muy posible que no se borre nunca del todo. Hay morbo, la gente retuitea con facilidad. De hecho las leyes tampoco obligan a todas las empresas que participan en ese copiado a hacer un borrado completo. Por ejemplo, Facebook no tiene legalmente la obligación de borrar tus imágenes”.

“Eliminar un registro de Google no significa erradicar el daño”, añade Pablo Pérez. “Mientras siga colgada la fotografía incómoda o el comentario hiriente, exista una hemeroteca online de un periódico, los boletines oficiales no bloqueen cierta información frente a búsquedas o las sentencias judiciales y administrativas no anonimicen ciertos datos, la información seguirá ahí y volverá a aparecer al cabo del tiempo”, sostiene el experto.


Cyberstalking: Acoso Online
La tecnología nos permite abrirnos al mundo de maneras que antes resultaban imposibles, incluso hace menos de una década. Mis hijos no pueden contener la risa cuando escuchan mi nostalgia por los días en que utilizábamos cabinas telefónicas o llamábamos a alguien por teléfono para encontrar una dirección ("¿Qué? ¿No había móviles? ¿GPS?"). Hoy es posible chatear con una persona que está en la sala contigua o en otro país con facilidad gracias a diversas tecnologías. Todo es rápido y fascinante.

La parte negativa de todo ello es que esta misma tecnología también ha abierto el camino para que ciertas personas lleven a cabo malas acciones.

Definición del cyberstalking
El cyberstalking es, básicamente, acoso online. Se ha definido como el uso de tecnología, en particular Internet, para acosar a una persona. Algunas de las características comunes son: acusaciones falsas, seguimiento, amenazas, robo de identidad y destrucción o manipulación de datos. El cyberstalking también incluye la explotación de menores, ya sea sexual o de otro tipo.

El acoso puede adoptar muchas formas, pero el denominador común es que no es deseado, es a menudo obsesivo y, por lo general, ilegal. Los acosadores cibernéticos utilizan el correo electrónico, los mensajes instantáneos, las llamadas telefónicas y otro tipo de dispositivos de comunicación para cometer acoso, el cual puede manifestarse como acoso sexual, contacto inadecuado o, simplemente, una forma de molesta atención a su vida y las actividades de su familia.

Los niños utilizan el término "acoso" para describir las actividades de una persona mediante su red social. Mis propios hijos me acusan de "acosadora" por mantener un control de sus vidas digitales. Es importante que no le restemos importancia a la preocupante naturaleza del cyberstalking empleando el término de manera incorrecta. Un nuevo anuncio de televisión de un destacado proveedor de telefonía móvil muestra a una joven espiando a su novio a través de la ventana del dormitorio y supervisando las actividades online realizadas por él desde su teléfono móvil. Si bien está pensado como un anuncio publicitario con humor, resulta muy perturbador cuando el acoso sucede en el mundo real.

Es interesante que este mismo anuncio ponga en evidencia un importante factor sobre el cyberstalking: generalmente, no lo comete un extraño, sino alguien que usted conoce. Puede tratarse de un ex, un antiguo amigo o alguien que simplemente desea molestarle a usted y a su familia de un modo inadecuado.

Cómo daña el cyberstalking
El cyberstalking puede dar mucho miedo. Es capaz de destruir amistades, méritos, carreras, además de la autoestima y la seguridad en uno mismo. En última instancia, puede exponer a la víctima a un peligro físico aún mayor cuando el acoso también se produce en el mundo real. Sí, estamos hablando de algo serio. Las víctimas de violencia doméstica suelen ser víctimas del cyberstalking.

Deben ser conscientes, al igual que el resto de las personas, de que la tecnología puede facilitar el cyberstalking. Un programa spyware puede utilizarse para supervisar todo lo que ocurre en su ordenador o teléfono móvil, y otorgar un inmenso poder y volumen de información a los acosadores cibernéticos.

Consejos antiacoso
A continuación se indican algunas sugerencias importantes para ayudarle a evitar el cyberstalking, ya sea que esté dirigido a usted, a su PC o su familia:
* Vigile el acceso físico a su ordenador y a otros dispositivos habilitados para usar Internet, como teléfonos móviles. Los acosadores cibernéticos utilizan dispositivos de software y hardware (a veces adosados a la parte trasera de su PC sin que usted lo sepa) para supervisar a sus víctimas.

* Siempre asegúrese de cerrar la sesión de los programas cuando se aleje del ordenador o utilice un salvapantallas con una contraseña. La misma sugerencia se aplica a las contraseñas de los teléfonos móviles. Tanto sus hijos como su pareja deberían seguir los mismos buenos hábitos.

* Asegúrese de poner en práctica una buena gestión y seguridad de las contraseñas. Nunca divulgue sus contraseñas. Y asegúrese de cambiarlas con frecuencia. Esto es muy importante.

* Cada cierto tiempo, realice una búsqueda online de su nombre o el de los miembros de su familia para saber qué información sobre usted y sus hijos está disponible online. No dude en buscar en las redes sociales (incluso en las de sus amigos y colegas) y asegúrese de eliminar cualquier contenido privado o inadecuado.

* Elimine o configure como privados todos los calendarios o itinerarios online (incluso en su red social) en los que mencione las actividades en las que planea participar. Dichas actividades podrían indicarle al acosador dónde va a estar y cuándo.

* Utilice la configuración de privacidad en todas sus cuentas online para limitar la información que comparte online con quienes no forman parte de su círculo de confianza. Puede utilizar esta configuración para evitar que su perfil aparezca cuando alguien realiza una búsqueda con su nombre. También puede impedir que otras personas vean sus mensajes y fotos.

* Si sospecha que alguien está utilizando un programa spyware para hacer un seguimiento de sus actividades diarias y considera que está en peligro, use únicamente ordenadores o teléfonos públicos para solicitar ayuda. De lo contrario, el acosador cibernético sabrá acerca de su intento de obtener ayuda, lo que podría exponerle a un peligro aún mayor.

* Como siempre, utilice un software de seguridad de calidad y actualizado para evitar que alguien introduzca spyware en su ordenador mediante un ataque de phishing o una página web infectada. Consulte la tienda de sus dispositivos móviles para ver qué software de seguridad está disponible.El software de seguridad puede permitirle detectar spyware en su dispositivo y disminuir las probabilidades de sufrir un acoso.
Enseñe a sus hijos
Es posible que parezca un disco rayado, pero repítales a sus hijos que nunca deben divulgar información personal online, sin importar lo seguro que les parezca. Dígales que nunca revelen su nombre verdadero, la escuela, la dirección ni la ciudad en la que viven. Los números de teléfono no deben difundirse online, y en caso de que un extraño contacte con ellos por cualquier medio, deben comunicárselo a usted inmediatamente. Haga que sus hijos le informen si están sufriendo un acoso cibernético.

Como madre o padre, debe informar sobre el cyberstalking a un maestro o una autoridad de la escuela, y, si parece un asunto serio, debe denunciarlo ante la policía.


Denúncielo
Si está sufriendo un acoso cibernético, recuerde guardar una copia de todos los mensajes o las imágenes online que puedan utilizarse como prueba. De hecho, enseñe a sus hijos cómo utilizar la función "imprimir pantalla" u otras funciones del teclado para guardar capturas de pantalla.

Lo más importante es que no tema denunciar el cyberstalking ante la policía. Muchos departamentos de policía tienen unidades de cibercrimen, y el cyberstalking es un delito.

Si usted es víctima de cyberstalking y violencia doméstica, y usted o sus hijos se sienten directamente amenazados, consulte los telefonos, direcciones y paginas web de denuncia. Aquí puede encontrar algunas de ellas: www.gitsinformatica.com/denuncias.html .




LOS CIBERACOSADORES SUPLANTAN Y DENIGRAN SISTEMÁTICAMENTE LA IDENTIDAD DIGITAL DE SUS VÍCTIMAS
Más de dos años, cerca de novecientos días con sus correspondientes noches, lleva siendo objeto de ciberacoso. Un psicoterrorlento, calculado y perfectamente dosificado por un depredador online dispuesto a convertir su PC, móvil o tablet en un campo de concentración.
No en vano, J., el acosador, intenta cercar su vida emocional, social y laboral, falseando su identidad en Facebook, Twitter o Youtubepara añadir a sus amigos, para saber de sus movimientos, e incluso se ha personado en su entorno laboral para difamarla ante sus compañeros tildándola de prostituta especializada en sexo oral…

«Antes que ciberacosador, cualquier individuo que acomete tales prácticas es, simple y llanamente, acosador. Da igual si los motivos son ridiculizar a un estudiante (ciberbullying) o presionar a un adulto para mantener una relación»

A menudo monitorizan las actividades de la víctima e intentan rastrear su dirección de IP en un intento de obtener más información sobre ésta o de que gente extraña se pueda adherir a su agresión.

http://haddensecurity.wordpress.com/category/sexting-bullying-grooming/


EL CENTRO EUROPEO CONTRA LA CIBERDELINCUENCIA LUCHARÁ CONTRA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL
El nuevo Centro Europeo contra la Ciberdelincuencia (EC3), que se inaugurará el 11 de enero en La Haya, dará prioridad a la lucha contra la pornografía infantil en Internet y al fraude de gran escala mediante ataques a servicios bancarios, robo de identidad e infiltración en móviles inteligentes.
http://haddensecurity.wordpress.com/category/pornografia-infantil-pedofilia/



(Artículo completo de
http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_500923/historico/5044-acosada-en-la-red
http://haddensecurity.wordpress.com/category/sexting-bullying-grooming/)
Magnífico artículo de Ángeles López para La Razón, que narra con detalle un grave caso de ciberacoso contra una mujer.) 



 

Gits mira por tus derechos. Gits es Pro-Vida.
Recomendamos la visualización de este documental:http://www.youtube.com/watch?v=SWRHxh6XepM .

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